El hijo pródigo

El hijo pródigo

1. Un hombre tenía dos hijos. El menor de ellos dijo un día a su padre: "Padre, dame la parte de los bienes que me corresponde". El padre se la dio y el hijo se fue a un país muy distante, y allí gastó cuanto tenía, viviendo disolutamente.

2. Después que todo lo hubo consumido, vino gran hambre en aquel país, y no teniendo qué comer se puso al servicio de uno de los habitantes de aquella tierra, el cual lo envió a su granja a cuidar cerdos.

3. Allí el infeliz deseaba con ansia saciarse de las bellotas que comían los cerdos, mas no se las daban. Por lo que se decía a si mismo: "¡Cuántos jornaleros en la casa de mi padre tienen pan en abundancia, y yo aquí me muero de hambre! Me levantaré, iré a mi padre y le pediré perdón". Y levantándose se puso en viaje para la casa paterna.

4. Mientras estaba todavía lejos, le vio su padre, y movido a piedad se fue corriendo a él, le echó los brazos al cuello y lo besó.

5. El hijo arrepentido y confuso por tanta ternura, no osando mirar el rostro del padre, le dijo prorrumpiendo en llanto: ¡Padre mío, he pecado contra el cielo y contra ti;  ya no soy digno de ser llamado hijo tuyo!"

6. Mas el padre dijo a sus criados: "Sacad el vestido más precioso y vestidlo, ponedle anillo en su mano y calzad en sus pies; tomad el ternero más gordo y matadlo. Celebraremos un banquete porque este hijo estaba muerto y ha revivido, se había perdido y ha sido hallado".

7. El hijo mayor que volvía del campo, al acercarse a la casa, oyendo el estrépito de la fiesta y sabiendo después la causa de tanta alegría, quejóse al padre de que hubiese mostrado tanta alegría por aquel hermano tan díscolo, cual no lo había hecho nunca con él, que siempre le había sido fiel.

8. Pero el padre le respondió: "Hijo, tú estás siempre conmigo, y todo aquello que tengo es tuyo, y era justo hacer un banquete y fiesta, porque tu hermano estaba muerto y ha resucitado; se había perdido y lo he hallado".

9. Con esta parábola Jesús quería mostrarnos la misericordia infinita de Dios, para con los pecadores que se vuelven a Él arrepentidos.