Parábola del Sembrador
En Mt. 13,1-9 ;22-23:
Ese día, saliendo Jesús de la casa, fue y se sentó a la orilla del lago.
Pero se juntaron alrededor de él tantas personas que prefirió subir a una barca, donde se sentó mientras toda la gente estaba en la orilla. Jesús les habló de muchas cosas mediante comparaciones.
Les decía:
El sembrador sale a sembrar; al ir sembrando, unos granos caen cerca del camino; vienen las aves y se los comen. Otros granos caen entre piedras y como hay poca tierra, brotan pronto.
Pero el Sol las quema y por falta de raíces se secan. Otros granos caen entre espinas, crecen las espinas y los ahogan. Otros, finalmente, caen en, buena tierra y producen unos el ciento, otros el sesenta, y otro el treinta por uno. El que tenga oídos que oiga.
Lo sembrado entre espinas es la persona que oye la Palabra, pero las preocupaciones materiales y la ceguera propia de la riqueza ahogan la Palabra y no puede producir fruto.
Por el contrario, lo sembrado en tierra buena es e! hombre que oye la Palabra, la medita y produce fruto: el ciento, el sesenta y el treinta por uno.
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